Ven adorna mi lecho con los rizos de tu pelo
atrápame entre tu desnudez y la mía
y deja en mis oídos el sonido quedo de un suspiro
entre el pliegue de mis atormentados labios
mientras mis ojos te buscan en la penumbra de tu cuarto.
Piérdeme entre la espesura de tus gemidos
y regálale a mis manos el paisaje de tu cuerpo,
deja que sueñen contigo todos mis sentidos
cuando la noche nos confunde a los dos
y nos envuelve el latido de este amor nuestro.
Luego que se haga el silencio a nuestro alrededor
y nos invada el lejano sonido de todos nuestros jadeos,
que la última caricia de tus ojos en los míos
deposite toda la ternura en un rincón de mi corazón
allí donde reposan los estertores de mi deseo.
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